Marketing & Plástico Parte 1: El Negocio de la Comodidad

4 Ago, 2019Tendencias

Nuestro buen amigo el plástico, aquel que forma parte de casi todo lo que hacemos diariamente, se nos ha salido de control: está asfixiando al planeta y amenaza nuestro futuro. Los responsables y las situaciones que nos trajeron aquí son muchos. Entre ellos, a las empresas les toca asumir su parte y sí, a los consumidores también. La amalgama entre ambos personajes es el marketing y aquí tenemos mucho que decir respecto a su papel en esta historia.

LA ESCUCHA

El área de mercadotecnia de las empresas se encarga de vincularlas con los consumidores, a través de actividades como la creación e intercambio de productos y servicios que satisfagan las necesidades de ambas partes. Así, parte del proceso consiste en escuchar los deseos del mercado el cual, a mediados de la década de los 40’s estaba ansioso por encontrar confort y condiciones más amables en los productos y servicios que adquiría, olvidando, aunque fuera momentáneamente, la hostilidad y en general, el mal sabor de boca que dejó el final de la Segunda Guerra Mundial. El mercado pedía facilidad, seguridad, comodidad y precios accesibles y las empresas escucharon.

La Cómoda Respuesta

Inicialmente en Estados Unidos durante los años 50’s y rápidamente esparciéndose por el resto del mundo, la respuesta fue una generación de productos diseñados para ser convenientes: fáciles de encontrar gracias a sistemas de distribución masiva y el nacimiento de los supermercados; de bajo costo de producción (en general, a costa de la calidad) que se tradujo en precios accesibles para gran parte de la población; listos para ser consumidos y, por primera vez a gran escala, presentando un concepto revolucionario: los desechables.

Desechable implica que algunos de sus componentes o los productos completos eran creados para tener un solo uso, eliminando así la incomodidad que al consumidor le generaba darle algún tipo de tratamiento al producto para reutilizarlo o regresarlo al fabricante, no solo por el trabajo que implicado sino por el tiempo que cada vez era más preciado en un mundo en el que la mujer comenzaba a integrarse en el mercado laboral.

De entre todas estas características, la comodidad de los nuevos productos desechables se convirtió rápidamente en una ventaja competitiva para las empresas que los producían y, considerando el corto ciclo de vida de estos artículos, no tenía caso utilizar materiales duraderos. El plástico fue la respuesta. No solo era tremendamente versátil, sino que además era muy barato. Todos fueron felices: el mercado estaba satisfecho, las empresas crecieron, la vida de todos era más cómoda y la mercadotecnia vivía su edad de oro, sabiendo que había cumplido su función. Fin.

EL PROBLEMA DE LA SOLUCIÓN

Pero en realidad fue el inicio de un gran problema. Resultó que los basureros tenían una capacidad limitada para recibir desechos y que no podíamos convertir en tiraderos cada centímetro del planeta porque también teníamos que mantener algunos metros libres de basura para cosas como cultivar nuestros alimentos, criar a nuestro ganado y habitar con dignidad. De esto nos daríamos cuenta varias décadas después.

Mientras tanto, el mercado (empresas y consumidores) se acostumbró a la comodidad que el plástico le permitió alcanzar. Así, la comodidad pasó de ser ventaja competitiva a ser tendencia. Todos los fabricantes querían su rebanada de ese colorido y moldeable pastel y la mayoría logró tomar su parte. Con su popularización, la tendencia terminó siendo un requisito para seguir participando en la fiesta del consumo masivo. Las generaciones posteriores a los Baby Boomers, desde la Generación X hasta los centennials, nacimos en pleno festejo, con el hábito del “usa y desecha” corriendo por nuestras venas, y el pensamiento mágico de que la basura desaparece en cuanto sale de nuestro hogar porque no conocemos algo diferente. Pero finalmente la fiesta terminó (parece que fue ayer) y cuando eso sucedió, ya estábamos todos hundidos en un mar de plástico.

La Dimensión de la Situación

¿Qué tan grande es el problema? Tanto que jamás lograríamos dar una idea adecuada de su proporción en este modesto artículo, pero lo intentaremos mencionando algunos puntos que resultan bastante ilustrativos:

1. El plástico es indestructible por lo que todo lo que se ha producido, desde la primera pieza hasta las que se están fabricando en este momento continúan en nuestro planeta y seguirán en él por muchos años más.

2. Se producen 300 millones de toneladas de plástico al año y de ellas, la mitad se usa en artículos desechables que tienen una vida útil promedio de 12 minutos.

3. Anualmente, más de 8 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos.

4. Ya sea en el mar o en la tierra, con el tiempo, el plástico se rompe en pequeños trozos y al mismo tiempo libera toxinas que son absorbidas por flora y fauna. Muchos animales y plantas que terminan en nuestro plato ya han sido contaminados por estas toxinas.

5. Hemos llegado a tal grado que se han encontrado esos pequeños trozos de plástico en cada rincón del planeta, incluso en las islas más remotas y según estudios recientes, el 90% de las marcas de sal de mesa contienen pequeñas partículas de plástico que los humanos estamos ingiriendo casi a diario.

El Proceso de Adaptación

Aquí comienza la segunda parte de la historia y nuevamente los oídos del marketing toman un papel de gran importancia. La comunidad científica sonó la alarma y mucha gente la escuchó; gente que consume y gente que produce. Poco a poco la voz se esparció y los ojos se abrieron. Hoy los consumidores piden soluciones para el problema mundial del plástico y para obtenerlas, la sociedad organizada ha presionado a compañías y gobiernos por igual, mientras que los consumidores individuales hacen lo propio con cada elección de compra. El área de mercadotecnia de las empresas, ya sean grandes o pequeñas, también ha escuchado y ha tomado nota de la necesidad (ya no un simple deseo) de contar con productos libres de plástico. Ahora la industria trata de adaptarse a esta creciente demanda.

En este aspecto, actualmente nos encontramos en plena práctica de otra importante parte del proceso de marketing: la comunicación de las opciones que las empresas han creado para la satisfacción de las necesidades actuales del mercado, de los beneficios que ofrecen estas opciones y cómo tener acceso a ellas. Los nuevos productos reducidos o libres de plástico (aunque tristemente, muchos de ellos todavía desechables) o elaborados con plástico reciclado han llegado a los estantes de las tiendas de conveniencia y supermercados, a los recipientes de alimentos y bebidas de gigantes como McDonald’s y Starbucks, a los aparadores de importantes marcas de ropa como Adidas y por supuesto, a las tiendas locales de productos orgánicos y sustentables. En muchos de estos casos el beneficio hacia el medioambiente se alcanza sacrificando cierto nivel de comodidad tanto para el consumidor como para el productor.

La Reacción del Mercado

Como sociedad, nuevamente parece que nos encaminamos hacia la felicidad, en vías de solucionar la complicada situación. Independientemente del resultado final, es curioso notar la reacción del mercado ante las soluciones propuestas por las empresas que han respondido a este llamado.

Encontramos al creciente mercado que además de no importarle sacrificar un poco de comodidad, agradece los nuevos productos, los adopta y los porta con orgullo, incluso fungiendo como vocero de algunas marcas. También está el segmento de mercado que ha escuchado sobre la problemática, pero no ha terminado de generar conciencia, de forma que entiende lo que motiva la producción de estos nuevos artículos, pero aun basa su decisión de compra en características como el precio, la conveniencia o el aspecto de los productos más que en su aportación a la solución. Por último, tenemos al mercado que no considera que estemos enfrentando una crisis, que incluso se molesta con estas adaptaciones a los productos considerándolos como un retroceso y resintiendo la pérdida de la comodidad que las versiones anteriores del producto le proporcionaban.

A final de cuentas, todavía nos encontramos en pleno proceso de concientización sobre este tema y, como sucede en todo proceso de carácter social, la información fluirá y no tardará mucho en llegar a la mayor parte del mercado. Entonces la conciencia sobre la problemática del plástico, las acciones para mitigarla y entre ellas, los productos y servicios que utilizan alternativas a este material, ganarán. Lo harán porque responden a una necesidad auténtica y no a un simple deseo del mercado.

El Futuro de la Comodidad y el Avance de Volver Atrás

Las empresas que quieran mantenerse vigentes tendrán que adoptar prácticas alineadas a esta nueva necesidad. El verdadero reto para ellas será mantener niveles similares de comodidad y conveniencia en sus productos, pero libres del cargo de conciencia que implica para los consumidores el utilizar las versiones plásticas que causaron tantos daños colaterales en el medioambiente y efectos secundarios en su salud. Aquellas compañías que además de lo anterior logren reducir parte del daño ya causado tendrán un grande y jugoso bono. La razón es simple: para ser relevante en el mercado del futuro donde, por impresionante que parezca, la mayor preocupación es seguir teniendo un planeta que habitar, se deben ofrecer productos y servicios que les aseguren a los consumidores dicho futuro.

La comodidad es una característica que en muchos sentidos la Generación T (los nacidos a partir del 2010) considerará un lujo, tal como lo fue para sus bisabuelos. Irónicamente, en muchos sentidos, hoy el futuro está en el pasado. El trabajo del marketing es enterar de esto oportunamente a las empresas y acercar a sus consumidores lo producido por ellas en respuesta. Esto último deberá hacerlo comunicando los nuevos productos y servicios no como un retroceso  sino como el avance que realmente representan. Eso lo platicaremos en el siguiente artículo.

El Agradecimiento

Agradecemos a la fundación Plastic Oceans por permitirnos participar en la adaptación al español de la Guía para Discusión y Educación del documental A Plastic Ocean, de donde además tomamos algunos de los datos que se incluyen en este artículo. Para más información sobre la problemática global del plástico y acciones que puedes tomar para combatirla, consulta su sitio web.

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